Por : Ada Romero
Celebrar un cumpleaños es la manera que los seres humanos hemos encontrado para contar el tiempo de cada persona en este mundo, sus logros, aprendizajes y un año más que los tenemos cerca. Los cumpleaños se han vuelto un día especial he importante para el festejado y los que lo aman.
Si celebramos los cumpleaños de nuestros amigos y familiares, con mayor razón, celebramos el cumpleaños de las personas más importantes no solo en nuestra vida sino en la historia de la humanidad, como Jesús y la Virgen María.
Así que hoy 8 de septiembre celebramos el nacimiento de la Virgen María.
Como dato histórico les cuento que, aunque en los evangelios no hay datos del nacimiento de María, hay varias tradiciones que hablan de ello. Algunas, consideran a la Virgen descendiente de el Rey David y señalan su nacimiento en Belén, otra corriente griega y armenia señala a Nazaret como cuna de María, y otros dicen que nació en el barrio vecino a la piscina de Bethesda.
Gracias a estas antiguas tradiciones, existentes desde los primeros cristianos, donde María ocupa un lugar privilegiado, que la Iglesia decide poner una fecha para celebrar el nacimiento de nuestra Santa Madre, y es el Papa San Sergio I (687-701 d.C.) quien establece, que se celebraran en Roma cuatro fiestas en honor de Nuestra Señora: la Anunciación, la Asunción, la Natividad y la Purificación.
Aunque desconocemos el lugar y la fecha precisa de su nacimiento, lo que si sabemos es que su natalidad tuvo privilegios que nadie más ha tenido, por ejemplo:
Ella vino al mundo preservada del pecado original.
Tenía la gracia santificante desde su concepción.
Y lo más importante, fue escogida como la madre de Dios.
Y hoy para celebrarla, los invito a darle un pequeño regalo, una oración una flor, un rosario. Yo tal como lo hago con mi madre terrenal, le escribí una carta que comparto con ustedes.
¡Feliz cumpleaños Madre nuestra Santa Virgen María!
Querida y Santa Madre, el día de hoy estas cumpliendo años y he pensado que la mejor forma de celebrarlo es decirte todo lo que siento escribiéndote esta carta.
Quiero que sepas que para mí no hay nadie igual, tu has sido un ejemplo de humildad, santidad y amor, tu amor maternal me ha acompañado en todo momento, me has protegido y estoy segura que has estado al pendiente de cada paso que he dado. Siempre que he necesitado de ti has estado a mi lado, dándome fuerza para seguir o bendiciendo mis alegrías, y cuando he sentido deseos de llorar, tu consuelo ha llegado a mi con tanto amor como el de mi propia mamá.
Veo todo el amor que día a día nos das a todos tus hijos y aunque jamás te ve visto, estoy segura que siempre llevas en el rostro una linda sonrisa para nosotros.
Madre mía quiero decirte que te amo con todo el corazón, y que lo mejor que la vida me ha podido dar, es conocerte y conocer a Jesús, porque en este mundo tan desorientado que me toco vivir, tú eres la fuerza que me empuja a ser mejor, para estar más cerca de Cristo y seguir caminando contigo hasta el final.
Agradezco a la Trinidad por haberte elegido como nuestra madre, pues no hay nadie mejor que tu. Estoy segura que sin ti mi vida no sería lo mismo. Deseo con todo el amor del mundo que pases un lindo día.
Te amo.
Felicidades Madre mía.
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