Suicidio
- La Resurrección
- 5 jun 2018
- 1 Min. de lectura
POR: ANTONIO TOLENTINO

Hoy en día nos encontramos con el problema de cómo hacerla vida más fácil y tratar de llevar el sufrimiento a la mínima expresión, por tanto la vida ha perdido su valor y muchas veces no encontramos esperanza para continuar en este camino. Ya no nos importa muchas veces como retrasar la muerte, sino más bien si tenemos razones para prolongar la vida haciéndonos capaces de soportar condiciones de vida más o menos devaluadas.
Siendo los tiempos actuales una civilización masificadora, gregaria y despersonalizante no solo banaliza la vida, sino también la muerte. Todas las actitudes de la sociedad ante la muerte y su contexto ponen nuevamente en tendencia el suicidio, problema muy antiguo y desgraciadamente muy actual. Esta tendencia no respeta edades, de tal manera que hasta los niños son víctimas de pedir derecho a su propia muerte.
Muchas veces la misma sociedad es la que empuja a las personas a esta actitud auto-destructiva, dado que son personas extremadamente vulnerables que han perdido toda esperanza de vida, por tanto, el suicidio es un acto voluntario que realiza una persona que se encuentra en una etapa de su vida altamente sensible, agravado por un contexto familiar o social que la misma persona no puede impedirlo.
Fuentes:
Cfr. Marchiori Hilda, El suicidio, Porrúa, México, 2000.
Cfr. Enrique Bonete Perales, ¿Libres para morir?, Desclée De Brouwer, España, 2004.
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