(Pbro. Luis Toro)
Por: ARTURO LARA
Si te fuiste de la Iglesia porque el cura, grupo, persona, etcétera, no fue tu agrado o porque el padre “buena onda” se fue. Llamemos las cosas por su nombre y seamos sinceros, en realidad al que seguías, no era a Cristo, era a un ser humano.
Nunca fuiste un verdadero cristiano, ¿o acaso Jesús nos mandó a seguir lo que nos agrada o a ser cristianos cuando somos felices, cuando tengamos sentimientos bonitos? No lo creo, de ser así, muchos estaríamos en lugares que nos gustan, pero no debemos.
Déjame poner un ejemplo que escuché alguna vez: Yo soy casado, pero me gusta y me siento bien con otra mujer, ¿debo por eso dejar a mi esposa? ¿Estoy llamado a estar donde siento bonito o donde me gusta cómo me tratan? Si lo hago nunca amé a mi esposa, nunca la respeté, sólo estuve con ella por un simple momento de placer o gusto efímero, mis sentimientos nunca fueron reales.
Pasa lo mismo con la Iglesia que fundó Jesucristo. Los que son bautizados en la Iglesia Católica y se van con los protestantes, cuando sus pastores o líderes se portan mal, dicen “hay que orar por ellos, no criticarlos”.
Entonces, por qué ser hipócritas, eso mismo se debería hacer cuando un sacerdote (pastor) tropieza o no se comportó como debiera. ¿acaso oraste por él? Porque cuando un sacerdote es bueno, todos estamos con él, pero cuando un sacerdote falla somos los primeros en pisotearlo y señalarlo. Permítanme citar a monseñor Wilfredo Peña cuando dice “esa hipocresía me huele a azufre”.
Estamos obligados, sin duda, a seguir a Cristo hasta el final, no a los hombres, Mateo 19:21 “VEN Y SÍGUEME”. No sigas a los hombres, nosotros fallamos, caemos y nos levantamos por la gracia de Dios, si los allegados a Jesús (apóstoles) los que convivieron, comieron y bebieron con él, le fallaron, ¿Qué podemos esperar de nosotros, que somos unos pobres pecadores alimentados por la fe?
Si te vas de la Iglesia católica, no eres creyente, eres un creyón.
¡Jesús no falla! Levántate y síguelo, que él te espera en la única Iglesia que fundó. Créele a Jesús ¡Amén!
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