DEL SANTO PADRE FRANCISCO
SOBRE EL LLAMADO A LA SANTIDA
1. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1).
Oración
1. Seguirte Jesús tiene sus riesgos, pero tu recompensa es eterna. Por eso nos adviertes “alégrense y regocíjense si son perseguidos o humillados por mi causa”. (Mt 5,12)
Espíritu Santo, te pedimos estar conscientes y dispuestos, porque sabemos que tú Señor, lo pides todo y ofreces la verdadera vida, la felicidad para la cual nos has creado.
Así como se lo dijiste al padre Abraham, queremos caminar en tu presencia y ser perfectos. (Gn 17,1)
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