Por: Arturo Lara
¿Se puede condenar a un grupo por unos cuantos? ¿Acaso sería justo condenarte a ti porque la humanidad es asesina, destructiva, despiadada etc?
Hay que decir (sin negar la gravedad de los hechos probados y mostrando mi más firme rechazo) que en esta crisis que vive la Iglesia, la hipocresía es el principal actor, pues he visto como los que acusan a la Iglesia son los mismos que están a favor de la liberación sexual, incluyendo el adoctrinamiento sexual en menores.
Actos que se dan bajo una ingeniería social respecto a la visión de sexualidad a la cual tu y yo en poco o mucho somos participes.
Antes de juzgar a un Sacerdote, pregúntate, ¿Cuánto oraste por él?
¿Cuánta penitencia hiciste tu por él?
¿Cuánta penitencia u oración haces por la Iglesia de Cristo?
Porque creemos que somos pecadores, pero, no “tan tan tan” pecadores como esos sacerdotes, no vaya a caer la sorpresa que delante de Dios nuestros pecados sean peores que los de ellos. “Sin embargo, aunque podamos juzgar que un acto es en sí una falta grave, el juicio sobre las personas debemos confiarlo a la justicia y a la misericordia de Dios” (CATIC 1861)
Hablar de pecado social quiere decir, ante todo, reconocer que, en virtud de una solidaridad humana tan misteriosa e imperceptible como real y concreta, el pecado de cada uno repercute en cierta manera en los demás. Es ésta la otra cara de aquella solidaridad que, a nivel religioso, se desarrolla en el misterio profundo y magnífico de la comunión de los santos, merced a la cual se ha podido decir que «toda alma que se eleva, eleva al mundo»[72]. A esta ley de la elevación corresponde, por desgracia, la ley del descenso, de suerte que se puede hablar de una comunión del pecado, por el que un alma que se abaja por el pecado abaja consigo a la Iglesia y, en cierto modo, al mundo entero. En otras palabras, no existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, el más estrictamente individual, que afecte exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor daño en todo el conjunto eclesial y en toda la familia humana. Según esta primera acepción, se puede atribuir indiscutiblemente a cada pecado el carácter de pecado social. (cf RP 16).
Estas palabras de San Juan Pablo II, no dejan claro que al pecar tu y yo, estamos siendo participes en los pecados de la Iglesia, en algo poco o mucho pero manchamos a la Iglesia, y son cuestiones que pocos lo meditan o lo conocen, fácilmente apuntamos el dedo hacia el pecador pero no revisamos nuestra vida a profundidad.
LOS NÚMEROS
Mons. Scicluna promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien está encargado de investigar los delitos que la Iglesia considera como más graves delicta graviora. (entrevista en https://zenit.org/article-34631?l=spanish)
De 2001-2010 Tres mil sacerdotes acusados de pederastia… no son millones, como pregona la prensa, pero son muchos. Y así fuera uno solo, es catastrófico.
Mons. Scicluna nos dice que en el 60% de los casos que les reportaron, pudieron comprobar que no se trató de actos de pederastia, sino que fueron casos de “efebofilia” (atracción hacia adolescentes del mismo sexo). (No niños) lo que nos da un resultado de actos homosexuales no de pederastia.
El 30% dice Mons. Scicluna, se pudo llegar a la comprobación de que se trato de relaciones heterosexuales con mujeres mayores de 18 años. Y seguimos sin ver la pederastia de millones, como asegura la prensa secular hasta el momento.
Nos queda un numero de 10%, de 3000 casos en 50 años. Da como resultado un numero de 300 sacerdotes acusados de pederastia en 50 años en el mundo, una cifra terriblemente pues todos esperaríamos una santidad del 100% de nuestros sacerdotes.
La iglesia tiene alrededor de 400,000 sacerdotes a nivel mundial, si de éstos, 300 han sido acusados de pederastia, 300/400000 es el .075%
En una agencia de noticias en 2005 publicó sobre 9,700 implicados en redes de pederastas entre 1997 y 2005. (https://www.20minutos.es/noticia/11432/0/operaciones/contra/pederastia/)
Esa cifra también escandalosa no fue motivo de divulgación mundial ya que no fueron sacerdotes quienes cometieron esos actos. Claro, se publica lo que se vende y la Iglesia Católica desgraciadamente vende muy bien.
¿Porque no se hace un estudio de números respecto a cuantos pederastas son maestros, licenciados, abogados, médicos, policías, psicólogos? Es más, lideres de sectas o pastores protestantes, ¿Porque ellos no dan la cara como lo ha hecho la Iglesia Católica respecto a sus cifras?
¿Porque no hacen estudios de que niveles de pederastia existen en sus sectas? Daría una conclusión que las cifras más altas de pederastia pueden estar en tu casa y en la mía, en el colegio de tus hijos etc. Y eso no conviene, no conviene quitar el velo para que se vea la verdad sobre la “revolución sexual” y no conviene producir pánico social, ¡ha! pero si conviene y si es “justo” producir y fomentar el repudio hacia la Iglesia “llena” de pederastas.
Continuemos con los números.
Mons. Scicluna nos dice que, de los 300 sacerdotes acusados de pederastia:
60 sacerdotes (el 20%) pasaron por un proceso penal o administrativo.
180 sacerdotes (el 60%) no fueron sometidos a ningún proceso penal o administrativo por su edad avanzada (se trataba de sacerdotes muy ancianos). Simplemente se decidió eximirlos del proceso (que hubiera implicado audiencias, careos, pruebas, coartadas, testigos, abogados, etc.) e imponerles directamente (sin haber sido procesados) algunas normas disciplinarias, como la obligación de no celebrar misa con los fieles, de no confesar y de llevar una vida retirada y de oración. No hubo para ellos ni absolución ni condena formal
30 sacerdotes (el 10%) fueron casos particularmente graves, con pruebas abrumadoras, en los que el Vaticano autorizó un decreto de dimisión del estado clerical.
30 sacerdotes (el 10%) pidieron ellos mismos la dispensa de las obligaciones derivadas del sacerdocio que fue aceptada con prontitud. Estos 30 tenían en su poder material de pornografía pederasta y fueron condenados por las autoridades civiles.
Así que, al final, de los 300 acusados de pederastia en esos 50 años, nos quedamos con 60 que se comprobaron culpables, 60 que están siendo procesados en sus diócesis y 180 ancianos, que nunca sabremos si fueron culpables o no (hasta que llegue el día del Juicio Final), pues no fueron sometidos al proceso penal.
Dichos procesos se encuentran en el Código de Derecho Canónico, dejo el Link para el que se quiera informar. (http://www.vatican.va/archive/ESL0020/_INDEX.HTM)
En conclusión, lo que vemos en estos días en gran parte por no decir todo, es consecuencia de la revolución sexual e ideología de genero, promulgando a los cuatro vientos que se debe tener una sexualidad “libre” y a la “carta” (como uno la quiera), no podemos venir a señalar ahora y rasgarse las vestiduras (en el caso de los liberales) cuando los frutos de esas porquerías se están viendo y se infiltraron dentro de la Iglesia. No podemos abandonar la Iglesia de Cristo por estos escándalos ni por nada mas, ¿ A donde mas podemos ir si esta es la Iglesia que fundo Cristo?
¿Que otra Iglesia nos puede dar el Cuerpo y la Sangre del Señor?
No podemos seguir a los hombres, pongamos nuestra mirada en Cristo, el Señor esta separando la cizaña del trigo para venir a cortarla. Pongamos nuestro corazón en El sin mas.
Y querido hermano, la prueba mas fidedigna que la Iglesia es de Cristo son los ataques de satanás hacia ella, ¿Sino porque tanto empeño en destruirla? Animo que estas en el lugar correcto, sobre la roca, y recuerda la promesa del Señor, LAS PUERTAS DEL INFIERNO NO PREVALECERÁN SOBRE ELLA.
Solo espero y confío en mi Señor en que este texto no se mal interprete y se piense que trato de justificar los actos cometidos por el clérigo, esto de ninguna manera es así, solo trato de quitar el engaño que ha hecho la prensa con sus mentiras y exaltaciones a los hechos por intereses propios claro. Lo he dicho siempre, así fuera un solo sacerdote es lamentable.
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